La primera vez que visité República Dominicana, en mayo del año 2004, deambulaba por la zona colonial en busca de la catedral. Sabía que Santo Domingo tenía una catedral y parecía obvio que debía estar ubicada en esta zona, sin embargo mirando al cielo no se vía ningún edificio de altura destacable.
Si estás acostumbrado a visitar catedrales en europa, te puede sorprender visitar la Catedral de Santo Domingo, un edificio de relativamente poca altura. Sin embargo, una vez en su interior podrás disfrutar de la magia de esta catedral, orgullosa de ser la primera de América (de ahí su apellido de Primada).
Esta catedral o basílica menor dedicada a Santa María de la Encarnación, tiene bien merecida una visita porque sin duda encierra mucha historia.
Fue declarada la primera catedral del Nuevo Mundo por el Papa Pablo III en 1546 a petición del Emperador Carlos V.
Su exterior de estilo gótico cuenta con adornos de estilo renacentista. La fachada principal posee tres puertas, siendo la puerta norte la principal de las tres, de estilo gótico como el resto de la fachada, con acceso desde el Parque Colón.
La puerta sur, también llamada de Geraldini, también es gótica, es conocida como la puerta del Perdón porque antiguamente, cuando los perseguidos políticos la cruzaban eran perdonados automáticamente.
La puerta Mayor es de estilo plateresco y da a un pequeño atrio que durante la época haitiana funcionó como mercado. En la parte superior de la fachada puedes observar el escudo de Carlos V.
En su interior podrás descubrir algunas obras de arte, como la tabla de la Virgen de Altagracia, datada en 1523; así como lápidas con las exequias de distintos arzobispos y otros elementos ornamentales de la época colonial.
Además, este edificio durante algún tiempo guardó en su interior algunos restos de Colón antes de que fueran trasladados al Monumento Faro de Colón, monumento construído para este propósito.